miércoles, noviembre 03, 2010

Los republicanos se hacen con el control de la Cámara de Representantes en EE.UU. - por Marc Bassets - La Vanguardia (Barcelona)

La Vanguardia, por Marc Bassets, corresponsal, Washington, 03/11/2010, extracto.-

Estados Unidos ha girado hoy a la derecha. Los votantes han dicho no a Barack Obama, no a sus políticas económicas y sociales, no a la clase política de Washington y al establishment, no a un modelo en el que el estado no es un problema sino que a veces puede ser la solución. Pero han dicho no, ante todo, a una crisis económica que sigue golpeando al ciudadano de a pie y a la que el presidente no ha sabido dar una respuesta tangible.

La victoria del Partido Republicano en las elecciones intermedias certifica el fin del yes, we can, el sí, podemos que hace dos años propulsó a Barack Obama a la Casa Blanca, y abre una época de cohabitación en Washington que puede provocar un bloqueo legislativo. Los republicanos han recuperado la mayoría en la Cámara de Representantes, pero, según la CNN y The Washington Post, no logran la mayoría en el Senado, que seguirá en manos demócratas aunque con una mayoría mínima. Tras dos años en la intemperie, barridos en 2008 por los errores de George W. Bush, las ansias de cambio y la obamamanía, los conservadores retoman la iniciativa y la centralidad política en la primera potencia mundial.

“La prioridad de la gente será nuestra prioridad”, ha dicho en una fiesta para celebrar el resultado el congresista John Boehner, que sustituirá a la demócrata Nancy Pelosi como speaker de la Cámara, tercera autoridad del país. El discurso retomó el tono anti-Washington y anti-establishment del Tea Party, el movimiento populista y conservador que en el último año ha impulsado al Partido Republicano. “El pueblo americano ha enviado un mensaje y el mensaje es: cambio de rumbo”, añadió Boehner, miembro genuino del estabishment. Al recordar su infancia, le han saltado las lágrimas.

El resultado tiene una explicación fundamental: la economía. Con la tasa de paro cercana al 10% (un nivel inusualmente alto para un país acostumbrado casi al pleno empleo), un crecimiento lento y un déficit descontrolado, los demócratas de Obama aparecen como los responsables principales. El fenómeno no es puramente estadounidense: en los últimos meses, otros gobiernos de izquierdas en países occidentales han pagado los platos rotos de la crisis.

Efecto Tea Party
A esto se suma el efecto del Tea Party. Candidatos al Senado apoyados por el Tea Party como Rand Paul, en Kentucky, y el cubanoamericano Marco Rubio en Florida -figura emergente del conservadurismo, que algunos ven como el futuro Obama latino- se han impuesto en sus respectivos estados. Otros, como la excéntrica Christine O'Donnell, han perdido en Delaware. Si los republicanos se quedan a un escaño de la mayoría en el Senado, las culpas pueden recaer en el Tea Party y a sus miembros peor preparados. "¡Venimos a recuperar nuestro gobierno!", ha proclamado Paul, adscrito a la corriente libertaria, que desconfía del intervencionismo estatal y propugna reducir los impuestos y equilibrar el déficit.

Con su patriotismo y su antielitismo, subidos en la ola de irritación anti-gubernamental, Rubio, Paul y decenas de congresistas del Tea Party aspiran a transformar Washington y a frenar a un presidente que, en su opinión, ha pervertido las esencias de EE.UU. Pero deberán negociar estas ansias con un establishment republicano que conoce los pasillos de la capital.

“El pueblo americano se ha sentido ignorado. Ha mirado a las políticas de la Administración Obama y ha dicho basta”, dijo a CNN el congresista Eric Cantor, uno de los líderes republicanos en la Cámara. “Esta noche la gente ha dicho que quiere que el Gobierno se centre en la creación de empleo”, añadió.

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